Jesús, todos te buscan,
y muchos aún no lo
saben.
Jesús, yo te busco
pero aún no sé dónde
encontrarte.
Me hablaron de una
Estrella,
que guiaba a los que
iban a adorarte.
Jesús, me hablaron de
Ella
que creyó cuando no
creía nadie.
Sí Jesús, mi Madre
Buena,
que tú, me regalaste.
En aquel día que dijo
"así sea", y Tú, todo lo transformaste,
todo se hizo en Ella,
que creyó sin
cuestionarte.
Gracias Señor por Ella,
que me guió como la
estrella,
hasta el suelo de
aquella tarde.
Esa tarde en la que
Ella,
se convirtió en Nuestra
Madre.
Madre de todos los
corazones,
por los que Tú te
entregaste.
Jesús desde aquel día
nada volvió a ser como antes,
atravesaron tus
entrañas,
donde corrían agua y
sangre,
y allí se derramó,
un Amor tan Grande,
que al mundo le cuesta
imaginarse.
Pero yo ya sé dónde
encontrarte,
no hace falta más que
subir al monte
de Tu preciosísima
Sangre,
para saber que los
corazones,
no pueden cesar de
buscarte.
Y no descansarán,
hasta encontrarte.
ES. e Irene María +.
Segovia, julio 2018.
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